Este otoño Uuruguay se viste de colores

Este otoño Uruguay se viste de colores.

 

Y eso es lo que esperamos muchísimos habitantes del Estado Uruguayo, sin ningún tipo de distinción, para que nuestro país se equipare finalmente a una gran cantidad de sociedades del mundo que ya han hecho del matrimonio igualitario una realidad. Seguramente, en el próximo mes de abril, se dará cumplimiento definitivo al artículo 8 de nuestra Constitución Nacional, que señala:

“Todas las personas son iguales ante la ley no reconociéndose otra distinción entre ellas sino la de los talentos o las virtudes”.

 

Un otoño colorido

Finalmente, parece que en el cercano otoño, Uruguay se irá tiñendo poco a poco con los colores del arcoíris.

Los reclamos de la colectividad LGBT están siendo aceptados y reconocidos por la sociedad uruguaya y muy especialmente por la legislación de Uruguay.

El matrimonio homosexual dejará de ser un sueño, para constituirse en una institución social y jurídica realmente igualitaria para todos los habitantes de nuestro país, independientemente de las orientaciones sexuales que tengan las personas.

“Los mismos derechos, las mismas obligaciones para todos” Esa debe ser sin duda la principal premisa de un País Democrático como el nuestro.

 

Poniendo orden en la Sociedad..

 

El matrimonio es la unión social y jurídica por la cual se crea un vínculo conyugal entre sus miembros, estableciendo una serie de obligaciones y derechos, regulados por la normativa jurídica de cada país. Por ejemplo, en Uruguay el Código Civil (art 83) establece que el único matrimonio válido en nuestro territorio es el civil (21 de julio de 1885) no reconociéndose otro legítimo más que este.

Queda establecido así, sin duda una clara separación, entre Estado e Iglesia, al posponer el matrimonio religioso después del civil. Ninguna autoridad eclesiástica podrá proceder a las bendiciones nupciales sin que conste el certificado nupcial expedido por el Oficial del Registro de Estado Civil.

Un Estado de Derecho, debe necesariamente regir las relaciones entre todas las personas basándose en las normas jurídicas, las cuales tienen que extenderse necesariamente a toda la sociedad, evitando así la discriminación o la clasificación peyorativa hacia algunos de sus habitantes.

Las leyes en sentido amplio, son las normas imprescindibles para organizar y garantizar una adecuada convivencia social en un Estado laico como el nuestro.

 

 

¿Porqué apoyar el matrimonio igualitario?

Simplemente porque:

 

1-La felicidad es un Derecho Humano fundamental consagrado en los principales Tratados y Constituciones del Mundo. Todos tenemos derecho a su goce en igualdad de condiciones, lo que confirma que el ordenamiento jurídico debe garantizar esta facultad a todos los seres humanos, sin importar su orientación sexual.

2-Las personas LGBT son ciudadanos como cualquier otro. Todos los matrimonios producen efectos jurídicos, personales y patrimoniales, y quienes integran la mencionada comunidad no tienen ningún impedimento para poder cumplir con ellos. No existe ningún tipo de incapacidad en nuestras leyes basada en la orientación sexual de la personas.

3-La orientación sexual no es una opción, no se elige. Desconocer esto sería negar un criterio científico que ya es sostenido en los países más adelantados del mundo; sería sumirnos en la ignorancia, o en prejuicios religiosos inaceptables en un Estado separado de la Iglesia. Los argumentos religiosos no tienen base científica y se oponen a las principales creencias de un Estado progresista.

4-Las instituciones sociales evolucionan, la cultura cambia y las personas también lo hacemos. A lo largo de la historia han existido diferentes tipos de matrimonio (alcanza con mirar un libro de historia) y no hay ningún impedimento racional para que no pueda cambiar en este momento. ¿En qué puede molestarnos ese cambio? No hay razón lógica que explique esta negativa.

5-Según los últimos estudios científicos los niños con padres del mismo sexo no tendrían esos sufrimientos tan terribles que algunas personas auguran. Hay Organizaciones Internacionales muy prestigiosas que así lo señalan, por ejemplo, la Academia Americana de Pediatría, Academia American de Psiquiatría Infantil y Adolescente, el Consejo Norteamericano de Niños en adopción; entre otros tantos.

No podemos privar basándonos en suposiciones sin fundamento a una gran cantidad de niños de convivir con una familia estable y cariñosa, así como de una gran cantidad de oportunidades en su vida.

 

 

Después de la tormenta… el arcoíris.

Las personas pueden y deben tener derecho a elegir como vivir, y muy especialmente como amar, sin importar su orientación sexual. La existencia de un matrimonio igualitario permitiría que todo el mundo, sin importar su orientación sexual pueda acceder a este, consagrando definitivamente el derecho de igualdad en el país, tal como dijimos al comenzar.

Todo indica que si la lógica predomina, Uruguay seguiría el ejemplo de Argentina y legalice este otoño próximo a comenzar el matrimonio igualitario. Recordemos que en el año 2010, precisamente un 15 de julio nuestro vecino país se convirtió en el primero de América Latina y el décimo a nivel mundial en reconocer este derecho en todo su territorio nacional.

La bandera LGBT o bandera del arcoíris está todavía a media asta, pero una diversidad de personas en Uruguay anhelamos que en poco tiempo más flameé con todas sus fuerzas.

Y ojalá, no demore el día en el cual todas las personas, sin distinción de ningún tipo, puedan decir seguros, firmes y con la frente bien alta, ante toda la sociedad uruguaya, y muy especialmente ante la ley:

 

“Si, acepto”

 

Profesora Sheina Leoni-

davidlee@adinet.com.uy -uruguay@fatla.org

www.eternamentejuntos.jimdo.com

 

 

 

El legislador no debe proponerse la felicidad de cierto orden de ciudadanos con exclusión de los demás, sino la felicidad de todos.

 

Platón (427 AC-347 AC) Filósofo griego.